Premio Andalucía 2014
La Comunidad de Regantes Sur Andévalo, innovador modelo de desarrollo económico y creación de empleo.
Nacida en 1989, la Comunidad de Regantes Sur Andévalo agrupó desde un primer momento a un amplio conjunto de agricultores decididos a transformar en regadío sus secas tierras. A pesar de hallarnos en una de las zonas más pobres de la Unión Europea todos ellos estaban convencidos que las características de suelo y clima de la zona posibilitaban la implantación de una agricultura con vocación hortofrutícola, ajena por ello a las restricciones derivadas de la Política Agrícola Común y, por tanto, con un futuro competitivo y rentable.
Antes de esta fecha la zona se dedicaba básicamente a cultivos de secano (cereales, olivos y almendro) y al eucaliptus. Se trataba de una agricultura de baja rentabilidad y generadora de muy pocos puestos de trabajo. A comienzos de la década de los 80 algunos propietarios empezaron a plantar cultivos de regadíos, gracias a las aguas subterráneas extraídas de un acuífero muy pobre en reservas. La falta de garantías y el éxito de cultivos como el fresón y los cítricos en la comarca de la Costa, promovieron, en un principio, la necesidad de elevar ordenadamente el agua del canal del Piedras en Cartaya a la zona de Tariquejos para, posteriormente, ser rebombeada a gran parte de los términos municipales de Vva. de los Castillejos, San Bartolomé de la Torre y Gibraleón. La colocación de manera estratégica de las distintas balsas de regulación, además de permitirnos tener una reserva de más de 2.200.000 m3 de agua - 50 m3/Ha. por día en un plazo de 5 días - permite el suministro a las parcelas a lo largo de 24 horas con un coste energético muy bajo al realizarse en horas nocturnas y fines de semana. Todo ello, con un altísimo nivel de autoorganización que permite que el pago de cánones hidráulicos y tarifas eléctricas se desarrolle con gran puntualidad, a la vez que posibilita que las siempre complicadas relaciones internas en el seno de una Comunidad de Regantes, se desarrollen en un contexto acusadamente armónico.
Este innovador proceso de transformación vino a denominarse en Andalucía como riego a demanda, que consiste en transformar sólo aquellas superficies cuyos propietarios estén dispuestos a practicar de inmediato la agricultura de regadío y a soportar los costes de ejecución que requiere la infraestructura hidráulica necesaria. El corolario de este esfuerzo económico, asumido por los agricultores, no es otro que la rápida y eficiente transformación en regadío, seguida de un alto grado de autodisciplina, encaminados todos ellos a una mejor rentabilización de la inversión previamente efectuada. Su rápido éxito ha servido de modelo para nuevas transformaciones, en especial en la provincia de Huelva.
Actualmente, tras años de intenso trabajo y una inversión mayoritariamente privada superior a los 150 millones de euros, la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo, colocada a la vanguardia del regadío onubense, dispone de casi 10.000 hectáreas inscritas con derecho a riego, destinadas especialmente al cultivo de cítricos, aunque también tienen berrys y frutales de hueso. Como el 80 % de la superficie plantada es arboleda el uso del agua y la creación de jornales están prácticamente garantizados cada inicio de campaña de riego, así como que la morosidad al final de la misma sea casi nula.
Sin embargo, este éxito no hubiera sido posible sin las ayudas públicas prestadas por las distintas Administraciones públicas, en especial de la Junta de Andalucía, sin cuya contribución no se hubiese alcanzado el reconocimiento público y la homogeneiza-ción de una iniciativa que, de otro modo, se podría haber visto abocada al fracaso. Aprovechamos en resaltar la sensibilidad y el apoyo mostrados en todo momento por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, de la que ha dependido y sigue dependiendo todavía, el ser o no ser de la CRS-A. Este exitoso modelo necesita consolidarse pasando de caudales a precario a definitivos mediante el otorgamiento de la concesión de aguas públicas superficiales con dotaciones de 6.000 m3/Ha. imprescindibles para garantizar el buen fin de las explotaciones.
De la emigración de los 60, como único destino de los jóvenes, se ha pasado a consolidar una nueva estructura empresarial capaz de ofrecer, por un lado, un mejor futuro laboral para los andevaleños y por otro, la atracción de una inmigración ordenada mediante la contratación en origen. En dicha tarea está en juego la consolidación socioeconómica de una comarca hasta hace poco pauperizada y que hoy constituye un modelo a imitar por otras áreas deprimidas de Andalucía.
Para afrontar la tarea pendiente, la CRS-A sabe que cuenta con un importante instrumento, que no es otro que la decidida voluntad de un conjunto de agricultores para mejorar la rentabilidad de sus explotaciones y la convicción de que trabajar coordinadamente con las Administraciones públicas, compartiendo con ellas el esfuerzo económico y organizativo que implica el desarrollo, constituye la mejor palanca de transformación de la realidad.
Más información: Huelva Información.