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Historia

Desde 1989 hasta hoy

Nacida en junio de 1989 como Comunidad Promotora y Gestora de la Zona Regable, la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo agrupó, desde un primer momento, a un amplio conjunto de agricultores decididos a transformar en regadío sus tierras o a consolidar el regadío de las mismas, en el convencimiento de que las características de suelo y clima de la zona posibilitaban la implantación de una agricultura con vocación hortofrutícola, ajena por ello a las restricciones derivadas de la Política Agrícola Común y, por tanto, con un futuro competitivo y rentable.

Antes de esta fecha la zona se dedicaba básicamente a cultivos de secano (cereales, olivos y almendro) y al eucaliptus. Se trataba de una agricultura de baja rentabilidad y generadora de muy pocos puestos de trabajo. A comienzos de la década de los 80 algunos propietarios empezaron a plantar cultivos de regadíos, gracias a las aguas subterráneas extraídas de un acuífero muy pobre en reservas. La falta de garantías y el éxito de cultivos como el fresón y los cítricos en la comarca de la Costa, promovieron, en un principio, la necesidad de elevar ordenadamente el agua del canal del Piedras a la zona de Tariquejos en Cartaya para, posteriormente, ser rebombeada a gran parte de los términos municipales de Vva. de los Castillejos, San Bartolomé de la Torre y Gibraleón.

La colocación de manera estratégica de las distintas balsas de regulación, además de permitirnos tener una reserva de más de 1.500.000 m3 de agua - 50 m3/Ha. por día en un plazo de 5 días - permite el suministro a las parcelas a lo largo de 24 horas con un coste energético muy bajo al realizarse en horas nocturnas y fines de semana.

Esta característica de nuestro sistema hidráulico nos diferencia de la zona oficial.

Los resultados obtenidos en poco más de diez años, tan sólo se pueden calificar de espectaculares: una inversión estrictamente privada, superior a los 75 millones de euros - de los cuales poco más de 15 millones de euros corresponden a los activos de esta Comunidad de Regantes - ha posibilitado la ejecución de una infraestructura hidráulica capaz de suministrar agua a una superficie de 5.302,5367 Has. y la transformación en riego de la misma, que ha colocado a la CRS-A entre los primeros consumidores de agua agrícola en la provincia y que, en el futuro, la dota de un enorme potencial de expansión. Todo ello, con un altísimo nivel de autoorganización que permite que el pago de cánones hidráulicos y tarifas eléctricas se desarrolle con gran puntualidad, a la vez que posibilita que las siempre complicadas relaciones internas en el seno de una Comunidad de Regantes, se desarrollen en un contexto acusadamente armónico.

Desde el punto de vista de los promotores de la iniciativa, tres son las claves de los resultados obtenidos hasta el momento. De un lado, la estricta aplicación de un principio que se ha dado en denominar regadío a la demanda, que consiste en transformar tan sólo aquellas superficies cuyos propietarios estén dispuestos a practicar de inmediato la agricultura de regadío, disposición que deberá acreditarse, además, mediante la participación en los costes de ejecución de la infraestructura hidráulica necesaria. El corolario de este esfuerzo económico, asumido por los agricultores, no es otro que la rápida y eficiente transformación en regadío, seguida de un alto grado de autodisciplina y la corresponsabilidad en el uso eficiente del agua, encaminados todos ellos a una mejor rentabilización de la inversión previamente efectuada.

Frente a otras zonas de riego de tipo oficial, donde la transformación no supera el 50 %, esta Comunidad de Regantes era incapaz de satisfacer las nuevas demandas (2.000 Has.) recogidas en sus oficinas.

En segundo lugar, como el 80 % de la superficie plantada es frutal - eminentemente cítricos - las garantías de uso del agua y creación de jornales están prácticamente garantizadas cada inicio de campaña de riego así como que la morosidad al final de la misma sea casi nula.

Y en tercer lugar, se hace necesario destacar la sensibilidad demostrada por las Administraciones públicas implicadas en lo que significa la innovadora transformación en regadío de una gran zona, sin la cobertura normativa -ciertamente obsoleta en algunos de sus elementos- de la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario. Especial mención requiere la Administración agraria autonómica: el convenio de colaboración ínter administrativa suscrito en diciembre de 1.992 con el Instituto Andaluz de Reforma Agraria ha supuesto no sólo una ayuda -siquiera simbólica- al esfuerzo económico realizado por los agricultores sino, sobre todo, el reconocimiento público y la homogeneización de una iniciativa que, de otro modo, se podría haber visto abocada al fracaso. Paralelamente resaltar la sensibilidad y el apoyo mostrados en todo momento por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, de la que ha dependido y sigue dependiendo todavía, el ser o no ser de la CRS-A; la disposición a facilitar caudales a precario mientras se culmina la tramitación de la concesión de aguas públicas, la ejecución de infraestructuras esenciales para hacer viable el proyecto como la Toma en el embalse del Piedras y -en síntesis- el permanente diálogo en clima de reciprocidad con un colectivo estructurado y disciplinado pero, a la vez, estrictamente privado constituyen, sin duda, una de las claves del éxito del proyecto. Debemos reconocer que por vez primera se conseguía aunar las voluntades de la Confederación Hidrográfica con la Administración autonómica para la concesión de agua de riego a un grupo de propietarios de fincas no acogidas a planes de riegos de interés público. Su caso ha servido de ejemplo en casos similares de esta provincia como en el resto de la Comunidad Autónoma. Este modelo, garante de la transformación, sólo recibe una subvención pública no superior a 80.000 Ptas./Ha. frente a las zonas regables de interés público donde la Administración invierte más de 1.000.000 Ptas./Ha. sin asegurar la implantación de los regadíos.

Hoy se puede afirmar, sin falsas modestias, que la iniciativa emprendida hace quince años por la CRS-A ha dejado de ser un proyecto para convertirse en una realidad.
Una realidad en marcha, con vocación expansiva y, sin duda, con claroscuros en su desarrollo futuro, entre los que no son los menos importantes aquellas obras públicas (presas del Andévalo y Alcolea, y desdoble de la Toma de Bocachanza) que garanticen, en un futuro a medio plazo, la consolidación del abastecimiento hídrico para la zona; pero, a la vez, una incuestionable realidad, con una inversión ejecutada y una superficie regada de indiscutible entidad, y con una generación de empleo vinculada (1.023.024 jornales/año, equivalentes a 4.448 puestos de trabajo) que contribuyen a paliar la situación socioeconómica de una de las comarcas más deprimidas de España.

Como ya se ha dicho antes, la CRS-A tiene voluntad de expansión a medio plazo; la necesidad de ampliar su ámbito territorial no es caprichosa, sino que procede de varias causas, entre las que merecen destacarse el bajo nivel actual de la superficie regada en la provincia, (cuatro veces inferior a la media andaluza), la enorme demanda insatisfecha de agricultores deseosos de integrarse en la Comunidad, y la validez de un modelo organizativo de probada eficiencia y que cuenta, por ello, con los necesarios apoyos administrativos.

Resulta necesario hacer dos observaciones respecto a los planes de futuro de la CRS-A; en primer lugar, destacar que la enorme vinculación de éstos al incremento de regulación en las cuencas onubenses implica una gran cautela en su desarrollo temporal y seguir trabajando -como hasta ahora- en estrecho contacto con la Administración hidráulica; En segundo lugar, una vez autorizado por el Organismo de Cuenca, con fecha junio de 2.002 la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo culminaba, tras varios años, un largo proceso de negociaciones con la convocatoria del Concurso de Inscripción de Nuevas Superficies, lo que le permitirá satisfacer la alta demanda de nuevos regadíos dentro de su vigente ámbito territorial.

Se contaba con el apoyo legal de la Administración, tanto estatal como autonómica, ya que ambas incluían en sus planes de regadíos hasta 12.000 Has. en la zona del Sur-Andévalo-Centro y el propio Organismo de Cuenca reservaba en su Plan Hidrológico de Cuenca un volumen total de 60 Hm3. de agua para esa zona, garantizando, con ello, el riego de casi 10.000 Has. en el horizonte 2.008.

Con estas expectativas la Junta de Gobierno de la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo convocaba el citado Concurso para los meses de julio y agosto del año 2.002. Una vez agotado el plazo de presentación de solicitudes y tras la revisión de la documentación aportada, se aprobaba la admisión de una superficie total de 4.318,5799 Has., cifra algo superior al máximo proyectado pero que venía a demostrar el éxito de la convocatoria. Posteriormente, la resolución del expediente de cambio de uso dejaba esta superficie admitida en 3.959,9573 Has.
Como se exponía anteriormente, la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo hoy día es una de las mayores de esta provincia, pero en el Horizonte 2.008 las nuevas infraestructuras la convertirán en la mayor con diferencia gracias a sus 9.312,7155 Has. inscritas.

Inmediatamente se iniciaron dos líneas de trabajo, una destinada a informar a las distintas administraciones de los resultados del Concurso así como recabar de las mismas cuantas ayudas económicas pudieran concederse y las autorizaciones pertinentes para la transformación; y otra dirigida a la redacción de diferentes propuestas de infraestructura hidráulica capaces de permitir cada una de ellas la puesta en riego de esta superficie total.

En el primer caso, los resultados de las reuniones mantenidas con las diversas administraciones han sido claramente positivos invitándose a esta Comunidad de Regantes a acogerse a la ORDEN de 18 de enero de 2.002, por la que se establecen las normas de desarrollo y ejecución del DECRETO 236/2.001, de 23 de octubre, por el que se establecen ayudas a los regadíos en Andalucía.

El presupuesto final del proyecto alcanza los 26,42 millones de euros y la repercusión por hectárea inscrita de 6.685 euros, cifra que se encuentra acorde con lo recogido previamente en las Bases del concurso si le descontamos las ayudas económicas derivadas de la aplicación de la Orden citada anteriormente y que podría alcanzar el 60 % (15,85 millones de euros). El resto está garantizado su cobro dado que cada participe ha entregado, bien en metálico o a través de garantías bancarias, la cantidad de 3.606,07 euros/Ha., acreditando con ello la viabilidad económica-financiera del proyecto.

El proyecto de obra recoge sendas partidas destinadas a transformación de nuevos regadíos (21,50 millones de euros) y a consolidación de los actuales (3 millones de euros). En la primera tan sólo se incluyen las infraestructuras principal y secundaria hasta arqueta siendo necesario instalar más adelante la red terciaria hasta linde de parcela, cuyo importe global podría alcanzar una cifra cercana a los 2,37 millones de euros. No siendo este el último desembolso que debe hacer el agricultor ya que habría que sumar la transformación de la finca y cultivo - sin gastos de explotación - valorada en unos 35 millones de euros. A fin de favorecer la viabilidad financiera del proyecto, la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo firmaba días con EL MONTE, y tras la convocatoria de un concurso de ofertas entre las distintas entidades bancarias establecidas en esta provincia, un convenio de colaboración financiera por un montante de 60 millones de euros en unas condiciones muy ventajosas para los partícipes del Concurso.

Por último, este proyecto de nuevas transformaciones en regadíos tiene un gran futuro gracias las buenas tierras agrícolas y excelente clima de la zona a lo que hay que añadir el tamaño medio de las explotaciones ( 15,75 Has. ), lo que permite el cultivo de cítricos y frutales de hueso, cuyo éxito ya se demuestra con las más de 5.300 Has. plantadas actualmente en esta Comunidad de Regantes. Como hace una década el espíritu emprendedor de los agricultores conseguirán, a medio plazo, un nuevo e importante avance en el desarrollo socioeconómico de una comarca tradicionalmente sumida en la depresión, de las más desfavorecidas de la Unión Europea (Zona Objetivo 1) y con un alto índice de desempleo agrario y bajo nivel de renta. Para esa fecha se prevé unos datos económicos de producción y generación de empleo cercanos a:

OTROS DATOS ACTUAL AÑO 2010
Valor de la producción bruta anual 65.704.433 € 107.775.280 €
Jornales directos por anualidad 1.023.024 jornales 1.611.024 jornales

Como puede observarse en las páginas que anteceden, la tarea desarrollada hasta el momento por la CRS-A es (por su entidad, por su rapidez y por sus resultados económicos y organizativos) de una indiscutible importancia; pero, a la vez, la tarea que queda por hacer no resulta de menor envergadura, particularmente por lo que afecta a la falta de una infraestructura de caminos y telecomunicaciones acorde con una agricultura competitiva, limpieza de cauces, prevención de arenamientos, etc.; en dicha tarea está en juego la consolidación socioeconómica de una comarca hasta hace poco pauperizada y que hoy constituye un modelo a imitar por otras áreas deprimidas de Andalucía.

Para afrontar la tarea pendiente, la CRS-A sabe que cuenta con un importante instrumento, que no es otro que la decidida voluntad de un conjunto de agricultores para mejorar la rentabilidad de sus explotaciones y la convicción de que trabajar coordinadamente con las Administraciones públicas, compartiendo con ellas el esfuerzo económico y organizativo que implica el desarrollo, constituye la mejor palanca de transformación de la realidad.